Recogemos la entrevista del Área de la Mujer de la F.A.BM con Rosana Franco, histórica jugadora granadina
Un año más, desde el Área de la Mujer, queremos aprovechar para acercarnos a mujeres referentes para el balonmano femenino de la provincia Granada y rendirles un pequeño homenaje.
En esta ocasión hablamos con Rosana Franco, jugadora veterana de balonmano, hermana y ahora madre de jugadoras….” UNA DE LAS GEMELAS DEL SIERRA “
En tu casa ¿siempre estuvo presente el balonmano?
Si, mis dos hermanos mayores lo practicaban cuando mi madre me dejaba a cargo de mi hermana, no le quedaba más remedio que llevarme con ella, a mí me encantaba.
Al principio yo recogía todos los balones que se iban fuera de la pista, que era el patio del colegio (Gallego Burín), yo tendría unos 5 ó 6 años, tras esto mi hermana melliza (Nuria) y yo nos apuntamos cuando entramos en primero al colegio. Ahí empezó todo.
Después mi hermano mayor se cambió de deporte, bádminton, el cual también practiqué y no se me daba nada mal, llegando al campeonato de Andalucía en dobles mixtos. Aunque la euforia del bádminton no duró mucho, pronto volví con el deporte que más me apasionaba ¡El Balonmano!
¿Qué similitudes diferencias encuentras con los otros deportes que has practicado?
He practicado muchos deportes vóley, futbol sala, pádel…, pero como el balonmano ninguno, es totalmente diferente, es completo, complicado, nunca deja de sorprenderte, cambian las reglas… en definitiva, el que lo practica sabe de lo que hablo.
En la actualidad tus hijas también juegan a balonmano ¿Cómo llegaron ellas a este deporte?
Pues todo empezó una tarde que las llevaba a natación, ese día la monitora se puso enferma y nos metimos en el pabellón, justo estaban jugando a balonmano, ellas me decían “mira mamá a lo que tú has jugado”, les gustó mucho, hasta el punto de bajar a la pista con ellas para hablar con el entrenador, que justo lo conocía porque era mi entrenador de toda la vida, Jose Manuel Avilés. Por supuesto me dijo sin ningún problema las llevara, aunque todavía no tenían ni categoría, Silvia tenía seis añitos y Sonia cuatro.
Su primer día de entrenamiento fue un poco caótico, aunque no pararon de reír, se lo pasaron genial con el resto de niños y niñas, acabaron enamorándose de este deporte. Han vivido todas las etapas de formación hasta llegar a la categoría de cadete y juvenil, donde se encuentran ahora.
¿Cómo ha influido el balonmano en los estudios de tus hijas?
Aquí tengo las dos caras de la moneda, la mayor siempre ha sabido organizarse con los estudios, en cambio con la pequeña he tenido que estar más encima de ella, siempre está viendo videos de balonmano o en la tele, o preparándose para el entrenamiento, dejando en segundo lugar los estudios. Supongo que es como todo, le dedicas más tiempo a lo que te gusta que a lo que no te gusta tanto.
¿Qué valores destacas de este deporte?
Pues todos los que nos y les han enseñado, el formar parte de un equipo, normalmente, hace que aumente el compañerismo, el respeto a tus compañeras y a las rivales, la igualdad, el deseo de superación, todo esto creo que va impactado en la formación de una jugadora.
¿Cuántas selecciones y cadebas?
En la selección granadina siempre han estado presentes las dos, desde alevines, en todas las categorías.
En el cadeba, han participado tres veces, siendo infantil Sonia de primero y Silvia de segundo fuimos a Huelva con el Club Vega de Granada. El segundo en Almería y el tercero, que ha sido el más reciente en Mijas Costa, donde ha participado Sonia como cadete de segundo año, participando en el Club con el que está ahora Veleta.
¿Cómo crees que ha evolucionado la participación de la mujer en el balonmano?
Creo que positivamente, la presencia de deportistas femeninas no para de crecer. Pienso que el deporte de base es fundamental, que se inicien desde los colegios, he leído por ahí que hay un estudio que afirmaba que aquellas mujeres que participan en actividades deportivas desde el colegio tienen un 75% de probabilidades de seguir interesadas en el deporte el resto de su vida. Y han sido estas mujeres las que empujan a sus hijas a practicar deportes como el balonmano, por ejemplo.
Quiero puntualizar que la etapa de la maternidad es complicada, y no es lo mismo tener que ir con tus hijos pequeños a los entrenamientos, donde no puedes mantener la concentración al 100%, porque está pendiente de los niños. Yo veo diferencias por ejemplo entre veteranas y veteranos, ellos no suelen llevar a sus pequeños, en cambio mis compañeras tienen que traer a los niños por no tener con quién dejarlos, yo en eso tengo una ventaja si mis hijas vienen conmigo a entrenas son una más en del equipo.
Muchas gracias Rosana, por tu tiempo y por formar parte de la familia del balonmano, nos seguimos viendo por las pistas…