Con motivo del Día Internacional de la Mujer, recuperamos la entrevista realizada por la periodista, Cristina Fernández, de Diario de Sevilla, a Inmaculada Navarrete del Club Balonmano Playa Ciudad de Málaga, en agosto de 2019.
Nació en Jaén hace 30 años, pero se crió en Málaga. Y fue en su colegio, el Sohail de Fuengirola, donde empezó a jugar al balonmano convencida por uno de sus maestros. Tenía 10 años y desde entonces, a pesar de sus tres operaciones de rodilla, no lo ha dejado. Entrena a diario para seguir en la cumbre. «Y para que no me duela hasta el paladar tras un torneo», bromea. En junio se celebró el campeonato de Europa, en el que quedaron quintas. Esto supuso su clasificación para el mundial de 2020. En octubre viajará a Catar para jugar en los Beach World Game.
-¿Por qué balonmano playa?
-Siempre me ha gustado más el balonmano playa. No hay tanto contacto como en el de pista, es menos lesivo y más espectacular. Eso de tener que hacer un gol en el aire o girando es más vistoso y creo que va a dar mucho este deporte, más aún cuando sea olímpico.
-¿Cuándo será olímpico?
-El año que viene hay exhibición en Tokio y en 2024 en París posiblemente ya sea olímpico. La verdad es que ha evolucionado mucho. Antes eran dos porterías y dos líneas en la arena. Ahora se montan torneos y estadios de locura. La playa vende mucho.
-¿Se ve jugando en una olimpiada?
-Uf. Si fuese hoy diría que sí, pero de aquí a cinco años, tengo que estar muy bien físicamente para poder ir. Ojalá. Si España va a la exhibición el año que viene sí espero poder participar. Después de todo lo que he luchado, terminar de esta forma sería bonito.
-¿Se plantea cerrar su carrera ya a los 30 años?
-Si entrenas y te preparas puedes jugar otros cuatro o cinco años más. Pero hay mucha gente joven que se está preparando y está ahí pisándote los talones, como es lógico. Apoyaré a las que vengan detrás, no queda otra.
-¿La vida profesional del deportista es demasiado corta?
-Mucho, y más para los que no podemos vivir de esto. El balonmano playa ahora mismo no nos da posibilidades de dedicación exclusiva. Ni el club ni la selección, no ganamos para vivir de esto. Ganas en otros aspectos, a nivel emocional, de amistad, deportivo… pero no hay que olvidar que estamos frente a un deporte minoritario.
-Y además femenino. ¿Sigue habiendo una gran brecha de género?
-Sí. Ahora está cambiando, pero porque nuestra mentalidad también lo está haciendo. Antes, a los triunfos femeninos no se les daba importancia. Ahora hay muchos deportes en los que los equipos femeninos están consiguiendo muchísimas medallas. Y eso está haciendo que la gente se dé cuenta de que también vende. Si hay resultados y espectáculo, da igual que sean chicos o chicas. Si España gana, no debería de importar el género del jugador.
-En el fútbol supongo que es aún más complicado…
-Sí, la diferencia en el fútbol es abismal porque la cultura ha sido siempre de fútbol masculino y ya está. Es el claro ejemplo del deporte más complicado en el que hay que igualar. En los demás se está progresando mucho; en baloncesto, en balonmano, en tenis, ya hay mucha gente que sigue el juego femenino. En el fútbol pasarán años y años hasta poder ver esa igualdad.
-Esta visibilidad menor les resta posibilidades de patrocinio a los equipos…
-Exactamente. Las empresas privadas y las instituciones son los primeros que tienen que apoyar al deporte en sí, ya sea masculino o femenino. Al femenino siempre habrá que apoyarlo un poco más porque está un peldaño por debajo todavía. Y eso seguirá así hasta que la sociedad vea el deporte en sí, con independencia de quién juegue. Pero es verdad que hay muchas empresas que se dan cuenta de que el deporte vende y que están teniendo mucha repercusión. Hay cada vez más chicas que se preparan, que dejan su trabajo, sus estudios y su vida para dedicarse a esto, y patrocinar el deporte femenino tiene un toque muy positivo para las empresas. Al final, les viene bien.
-¿Qué dificultades ha tenido por ser mujer?
-Directamente ninguna, pero indirectamente sí hemos visto que a las chicas no se nos ha tenido tan en cuenta. Pero es verdad que el presidente de la Selección Española de Balonmano quiso igualar las dos selecciones y luchar por el balonmano en su conjunto. Por eso actualmente estamos en igualdad. En cuanto a clubes, es verdad que los masculinos siguen teniendo más ayudas y patrocinios que las chicas.
-¿A la mujer se le exigen otras condiciones?
-En muchos deportes he escuchado que el embarazo frena automáticamente los contratos. Pero en el balonmano, aquí en España, no; tampoco se paga tanto como para que puedan discutirte un embarazo. Físicamente, a la mujer le exigen lo que a un deportista varón, que esté bien físicamente, lo lógico.
-¿Se deja la vida aparcada durante esta etapa?
-Cuando eres deportista no te acuerdas del resto hasta que dejas de serlo. No te planteas cosas como el ser madre o buscar un trabajo estable hasta que abandonas el deporte.
-¿Qué da el deporte?
-El deporte es una forma de vida. Te gusta entrenar, competir, conocer a gente… El sufrimiento físico en el fondo engancha.
-¿Qué ha dado Diego Carrasco al balonmano?
-Era una figura del deporte femenino, un referente en la liga nacional, siempre ha estado luchando por el balonmano. Hace unas semanas estábamos compitiendo con él en Polonia, en un Europeo bastante bueno. La verdad es que ha sido una grandísima pérdida.