
FABM se une a la celebración con un texto que reivindica el papel de las madres en nuestras vidas y en el deporte
Como hace varias décadas en España, el primer domingo del mes de mayo celebramos el “Día de la Madre”. Un día que nos hace recordar la importancia de las madres en nuestras vidas y sobre todo de los derechos que como mujeres deben de consolidar para seguir avanzando en igualdad.
Queremos acordamos de aquellas madres jugadoras de balonmano que necesitan más protección y apoyo para seguir con su vida deportiva posteriormente.
Queremos acordarnos de aquellas madres que han estado al “pie del cañón” en cada momento con sus hijos e hijas y en general con todos los jugadores y jugadoras de su equipo para todo lo que hiciese falta.
Queremos acordarnos de aquellas madres que forman parte de las directivas de clubes que se implican al máximo y dedican su tiempo en cuerpo y alma a costa.
Queremos acordarnos de aquellas que no salieron en las portadas, pero abrieron camino para que hoy hablemos sin miedo de deporte y maternidad.
Queremos acordarnos de aquellas madres que se equivocan en sus decisiones y son juzgadas por el simple hecho de ser mujer.
Queremos acordarnos también de aquellas mujeres que sin ser madres desarrollaron su instinto para proteger, acompañar, enseñar y buscar recursos para que muchos niños y niñas siguieran amando este deporte.
Queremos acordarnos de todas esas madres y mujeres que hacen posible solas o junto a sus parejas que el balonmano siga creciendo.
Queremos reivindicar un balonmano que no penalice la maternidad.
Finalmente, queremos compartir este poema de Juana Castro dedicado a las madres:
CÁLIZ
Y ahora soy
tan igual a ti, madre,
que no me reconozco en el cristal
de este retrato tuyo tan presente.
Sí supieras que todo
lo que de ti he odiado y maldecía
ahora en mí lo descubro
tan exacto y reciente como el cerco
de una piedra en el agua, repetida.
Vengo a verte de nuevo.
Tócame, pon mis dedos
aquí sobre tus llagas, y ábreme
esta rosa de espinas del costado.
Soy tan tuya que el mar
tu voz copia en mi voz para su canto.
Y me despierto, y en la hora vivo
tu misma inmensa sed, esa que siempre
en tus huesos vacíos
irremediable ardiera.
Yo no soy tu fantasma, quiero
crearte ahora en el filo
de quien te dio mi ser, resucitada.
De muerta a muerta dime:
¿Quién amamanta a quién, serpiente mía?
Poema escrito por Juana Castro («No temerás», 1994).
¡Feliz día de la Madre!
